La decisión de someterse a un tratamiento de ovodonación genera muchas preguntas. Esta técnica ha puesto sobre la mesa un debate lleno de implicaciones éticas, morales y sociales — que incluyen, por supuesto, el proceso de selección de la donante.
Un número cada vez mayor de mujeres y parejas han elegido comenzar una familia después de la década de los treinta o los cuarenta. En consecuencia, muchas de estas mujeres se convierten en pacientes de ovodonación. De hecho, El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades ha reportado que el número de ciclos de ovodonación paso de 1.800 en 1992 a más de 17.000 en 2013.
¿Por qué tomar la decisión?
Lograr un embarazo a través de la ovodonación no es algo que deba tomarse a la ligera. El proceso involucra obtener los óvulos de una mujer joven, generar los embriones con el esperma de la pareja —o de un donante— gracias un ciclo de Fecundación in Vitro y, por último, implantar estos embriones en el útero.
Sin embargo, es una opción que siempre conviene ser tenida en cuenta, sobre todo para las mujeres que han superado la barrera de los 38 años de edad. El principal motivo para optar por la ovodonación es la edad. La fertilidad femenina sufre un descenso considerable a medida que la mujer envejece. ¿La razón? La disminución progresiva de la cantidad y calidad de su reserva ovárica con el paso de los años.
La ovodonación también es ideal para aquellas mujeres que sufren de una falla ovárica prematura, una baja reserva ovárica o que tengan la posibilidad de transmitirle una enfermedad genética a su hijo. Igualmente, está recomendada para cualquier mujer que haya pasado por varios ciclos de Fecundación in Vitro sin éxito alguno.
Sin duda alguna, con todo esto en mente, esta técnica parece una opción muy atractiva y segura para conseguir un embarazo. Sin embargo, ¿por qué es que aún genera tantas dudas, incluso entre aquellas que desean cumplir su sueño de ser madres?
Ahí es donde el papel de la donante de óvulos es decisivo. ¿Cómo podría aceptar una mujer que su hijo no sea genéticamente suyo? Probablemente esta sea la cuestión más delicada a la hora de tomar la decisión de ser madre por ovodonación.
Seguí leyendo y descubrí por qué esto no debería representar un problema para alguien que desee formar una familia y se vea en la necesidad de recurrir a la ovodonación.
El proceso de selección
En primer lugar, las clínicas de fertilidad estudian muy de cerca las características físicas de las donantes de óvulos y las seleccionan especialmente para cada paciente. Así logran asignar los gametos donados a la receptora más idónea.
Así, en teoría, es perfectamente posible que un bebé nacido gracias a la ovodonación se parezca a sus padres.
Además, las donantes de óvulos deben superar una estricta evaluación psicológica. Se construye un perfil de cada candidata que incluye su personalidad, capacidades intelectuales, motivaciones, nivel de responsabilidad y salud mental. ¿Es ella agradable, tímida, confiable, amable…?
Este perfil también cubre el historial educativo y profesional de las donantes potenciales. ¿Por qué son necesarios estos datos? Porque los genes son responsables de hasta un 50% de la inteligencia que logra desarrollar una persona.
Por otro lado, ¿sabías que las candidatas no pueden ser adoptadas? Es indispensable que la clínica conozca el historial médico de su familia. Así quedaría descartado por completo que el bebé pueda padecer de enfermedades hereditarias.
Otra de las ventajas de usar óvulos de mujeres jóvenes es que el peligro de transmisión de desordenes genéticos es mínimo.
A medida que el cuerpo de una mujer envejece, sus óvulos también lo hacen. Por ello, mientras mayor es al momento de la concepción, más probabilidades tiene su hijo de padecer alguna enfermedad derivada de una anomalía cromosómica. Con la ovodonación este problema queda prácticamente eliminado.
Muchísimas candidatas no pasan las pruebas. Las mujeres que fuman, consumen drogas o cantidades excesivas de alcohol son rechazadas inmediatamente. Los desórdenes psicológicos también son examinados. Los doctores no aceptan como donantes a quienes padecen de esquizofrenia, por ejemplo.
En conclusión, si estás pensando en recurrir a la ovodonación pero tenés tus dudas sobre la carga genética de tu hijo, podés estar tranquila. La selección de donantes es un proceso largo y vigilado de cerca por los expertos. Ellos buscarán la mejor opción para ti.
Recordá que ser madre es mucho más que engendrar. Ser madre es estar con tu hijo día tras día, cuidarlo, criarlo y darle todo el amor que tenés. Cuando lo tengás claro, podés consultar acá las 5 claves para un embarazo seguro con óvulos de donante.
En Genaden nos tomamos muy en serio tu deseo de ser madre, ¡queremos que estés tranquila y segura de tu decisión! Si aún tenés dudas sobre este procedimiento, consúlta con nosotros todas las preguntas que tengás con respecto a la ovodonación aquí.
