La mujer moderna es ocupada: tiene que estar al tanto de su trabajo, su familia, sus mascotas e incluso, de su pareja. La vida adulta viene cargada de un montón de responsabilidades, pero esto no asusta a la mujer de hoy en día. Todo lo contrario, la desafía para seguir creciendo.
Hoy en día, es raro ver a una persona que no lleve consigo una agenda. Dentro del caos de la rutina diaria es importante conseguir espacios donde vaciar y organizar nuestras vidas. Desde las citas con el doctor hasta el cumpleaños de tus sobrinos, probablemente todo esté planificado.
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Sin embargo, existe un tema que suele ser dejado de lado por muchas mujeres. No porque no sea importante sino porque muchas desconocen cómo funciona o la importancia que tiene. Estamos hablando, por supuesto, de la fertilidad femenina.
Muchas mujeres creen que el periodo fértil culmina con la llegada de la menopausia, es decir aproximadamente a los 50 años. ¡La realidad es otra! La mayoría de las mujeres pierden la capacidad de tener un embarazo exitoso mucho antes de que llegue esta edad.
El problema con la fertilidad
Como seguro ya sabes, tanto las mujeres como los hombres pueden ser fértiles. No obstante existe una diferencia monumental entre ambos sexos. Mientras los hombres gozan de fertilidad la mayor parte de sus vidas, las mujeres apenas cuentan con unos años donde su capacidad de tener hijos es alta.
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La pérdida de la fertilidad no un suceso que ocurre de un día para el otro, es más bien un proceso que va en conjunto al aumento de la edad. Esto ocurre por la reserva ovárica. Si no sabés a qué va esto, tranquila, acá te lo explicamos.
Al nacer, las niñas tienen una determinada cantidad de óvulos en su reserva. A medida que van creciendo y con cada menstruación, esos óvulos se van acabando.
- Al inicio de la pubertad, la reserva ovárica se habrá reducido hasta unos 400.000 o 500.000 ovocitos.
- A partir de este momento, durante cada uno de los ciclos menstruales solo unos 400 o 500 ovocitos madurarán, uno por cada menstruación.
- Esto continúa hasta llegar al agotamiento de la reserva, que se produce entre los 45 y 55 años, dando comienzo a la menopausia. Existen mujeres cuya reserva viene con menos ovocitos desde el nacimiento, esto genera que se acaben “antes de tiempo” y da paso a lo que conocemos como menopausia precoz.
Para lograr concebir, las mujeres necesitan que uno de esos ovocitos se transforme en un óvulo maduro, para posteriormente ser fecundado. Ahora, si estos óvulos se acaban o no están en buenas condiciones los problemas comienzan.
La lucha entre la edad y la fertilidad
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Como mencionamos más arriba, uno de los principales factores de que se acabe el periodo fértil es el agotamiento de los óvulos. No obstante, existen otros elementos que influyen.
Por ejemplo, aunque la mujer siga en su periodo fértil a los 35-40 años, la calidad de sus óvulos no es la misma a cuando estaba más joven. ¡El paso de los años causa el envejecimiento de estos ovocitos!
Con el tiempo los óvulos pierden las características que aseguraban su buen funcionamiento. La calidad desmejora y es más complicado que sean fecundados por los espermatozoides.
Asimismo, aunque la mujer logre quedar embarazada, el riesgo de que el bebé nazca con un desorden cromosómico, como el Síndrome de Down, aumenta.
Para ponerlo en números:
- Las mamás de 25 años tienen una probabilidad entre 1260 de que su bebé nazca con Síndrome de Down.
- Las de 30 años, una entre 952.
- Las de 35, una entre 378.
- Las de 40, una entre 106.
Las madres primerizas de más de 40 años tienen un 60% más de probabilidades de desarrollar hipertensión o diabetes que las madres de 20 a 30 años. Como podrás notar, los riesgos son bastante altos.
¿Cual es la solución?
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Evidentemente este tipo de problemas no ha disminuido el deseo de ser madres. Por esta razón, hay un nuevo tratamiento que ha revolucionado la vida de muchas mujeres alrededor del mundo, se llama criopreservación o congelamiento de óvulos.
Es una técnica que permite conservar a temperaturas bajísimas los óvulos por un período extraordinario de tiempo. Esto significa prolongar la vida reproductiva de la mujer más allá de los límites naturales. En otras palabras, puede que vos envejezcas, pero tus óvulos no.
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Desde el primer caso en 1986, la popularidad de la Criopreservación ovocitaria fue creciendo. Hoy en día es la solución perfecta para aquellas mujeres que por razones sociales o médicas prefieren asegurar su fertilidad. A la vez están ganando tiempo hasta encontrar a su pareja ideal o lograr sus metas profesionales.
Si decidís tomar este camino, recordá planificarlo con tiempo. La edad en la que congeles tus óvulos será crucial en el éxito de los mismos. Lo recomendable es que se preserven los óvulos antes de los 35 años.
Si querés seguir informándote acerca de la revolución del congelamiento de óvulos, descargá nuestro eBook gratuito sobre el tema.
