Día a día, a donde quiera que volteemos, nos vemos bombardeadas constantemente de tips y consejos para convertirnos en la mejor versión de nosotras mismas. Hoy en día el ejercicio es una parte central de la vida de una mujer moderna. Nos hace bien, pero: ¿como podemos complementarlo con nuestra rutina diaria? y ¿soluciona todos los problemas de una mujer?
Aunque la salud física es importante, la realidad es que la vida cotidiana está repleta de deberes que debemos cumplir. Ocasionando que dejemos prácticas saludables, como el ejercicio, de lado.
El trabajo, la universidad, los amigos, la pareja… todos estos son elementos que suman experiencias en nuestra vida, pero nos quitan tiempo. A pesar de todo, ¡no desesperes! en la actualidad existen un sin fin de maneras en las que puedes incorporar el ejercicio a tu rutina, sin tener que sacrificar otras actividades.
Cómo puedo incorporar el ejercicio a mi vida cuando estoy ocupada
La mujer moderna sabe que tiene las horas del día contadas, entre reuniones y tareas, 24 horas no parece ser suficiente. Por esta razón contar con espacio en la agenda para ir a un gimnasio no siempre es una prioridad.
Hoy en día contas con diversas formas en las que podés incorporar actividad física a tu vida. Si lo que te preocupa es trasladarte directamente al gimnasio, pues ¡traé el gimnasio a la casa! Si la montaña no va a Mahoma…
En Youtube existen numerosos canales que se dedican a postear rutinas completas de ejercicios, podés elegir el tipo y la intensidad del mismo. ¿Lo mejor? ¡Podés hacerlo desde la comodidad de tu casa!
Puede que más allá del traslado, el verdadero problema sea el tiempo. Entonces, incorpora ejercicios a tus tareas diarias. Por ejemplo, si tienes que ir al super camina o tomá la bici en vez de ir en el bus o el coche.
¿Trabajas en una oficina? ¡Tomá las escaleras! Incluso, si estás en tu auto apretá el estómago y soltalo mientras inhalas y exhalas, vas a estar haciendo abdominales mientras esperas que el tráfico avance.
Cuando te despiertes y encuentres en tu cama probá elevar las piernas y bajarlas 10 veces, hasta llegar a 5 series. ¡Qué mejor forma de comenzar el día!
Son pequeñas acciones que podés tomar dentro de tu cotidianidad para llevar un estilo de vida más saludable. ¡Ya no hay excusas! Probá algunos de estos consejos y poco a poco vas a poder ver la diferencia que el ejercicio puede hacer.
¿Por qué debo hacer ejercicio?
Nadie nos dice “no hagas ejercicio” ¡Todo lo contrario! suele ser tratado como una píldora mágica que puede solucionar todos nuestros problemas, veremos más adelante que esto es erróneo. Sin embargo, si tiene beneficios van mucho más allá del aspecto físico. También recordá que un cuerpo sano equivale a una mente sana:
1. Ayuda con los dolores menstruales
Una vez al mes son miles las mujeres que se ven afectadas por los cólicos clásicos del ciclo menstrual. Lo recomendable es hacer ejercicio al menos 4 veces por semana para disminuir estos dolores.
2. Puede ser una práctica social
Cuando vivís tu día a día ocupada, es usual que no tengas tiempo de relacionarte y hacer amistades nuevas. Sin embargo, el aislamiento social no es una conducta positiva. Así que inscribite en esa clase de yoga o salí a trotar por el parque, ¡seguro conocés personas con intereses similares a los tuyos!
3. Aumenta tu felicidad
¡Así como lo lees! Cuando haces ejercicio el cuerpo libera endorfinas, esta hormona es la responsable de hacernos sentir eufóricos o llenos de felicidad. Asimismo, la actividad física puede contribuir con el alivio del estrés.
4.¡Tus huesos te lo agradecerán!
Actividades como hacer yoga, trotar, hacer natación o incluso andar en bicicleta son ideales para el fortalecimiento de los huesos. Esto es porque hacer ejercicio aumentas tu masa muscular, disminuyendo así el riesgo de fracturas en los huesos o la posibilidad de desarrollar enfermedades como osteopenia y osteoporosis.
Ayuda con la preservación de la fertilidad. ¡Pero no es Suficiente!
A partir de los 35 años el cuerpo simplemente no es el mismo, la fertilidad comienza un proceso de declive y quedar embarazada resulta cuesta arriba. Es en esta etapa donde la presión social por convertirse en madre aumenta, pues las personas perciben que el reloj biológico de la mujer avanza más rápido.
Probablemente en estos momento no te plantees formar una familia. Sin embargo, existen formas de combatir los efectos de este reloj mediante la actividad física y dieta.
Actividades como el yoga contemplan ejercicios que centran su atención en los órganos del aparato reproductor femenino, fortaleciendo las posibilidades de quedar embarazada.
Por otro lado, los pilates ayudan a reestablecer el equilibrio hormonal, mejorando la salud de la mujer y en consecuencia la fertilidad. Asimismo, manejar bicicleta fortalece la musculatura pélvica y tiene efectos positivos en la circulación de sangre en el cuerpo.
Pero es importante que sepas que hacer ejercicio no es ni por asomo suficiente para extender al máximo tu fertilidad, no es una píldora mágica. Existen procedimientos a los que te puedes someter para no tener que preocuparte en un futuro por tu capacidad para quedar embarazada.
Como comentábamos, a partir de los 35 años se comienza a deteriorar a grandes pasos la capacidad reproductiva de la mujer. Y ni aunque seas una profesional del fitness y la alimentación lo vas a poder evitar. ¡Pero esta no es razón para entrar en pánico!
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